Cuando nos hacemos mayores, nuestra capacidad digestiva, va haciéndose lenta y sobre todo por la noche.
Nuestro hígado es como si se quedara sin recursos digestivos, por la noche. No se sabe el por qué, pero al iniciarse el día, sí se hace la primera digestión bien, al medio día menos y por la noche a veces mal.
No has oído decir acerca de la cebolla, - por la mañana es oro, al mediodía plata y por la noche mata. Recuerdo que una noche cené en casa de unos amigos unas patatas hervidas cortadas como para ensaladilla con jugo de cebolla cruda y aliñada con aceite, pensé que me moría, qué noche más mala, no dormí ni un momento y al dormir en casa extraña, no sabía donde podían tener el bicarbonato o algo para aliviar aquel dolor y malestar, no lo olvidaré mientras viva.
Por eso nuestras cenas, deben ser triviales. Hasta en el Quijote, dice- de grandes cenas, están las sepulturas llenas.
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